por Jennifer Hoffman
7 de Mayo de 2012
Sabemos
que nuestra realidad es completamente responsabilidad nuestra. Lo que
hay en ella, cómo se desarrolla, lo que creamos y lo que permitimos,
toleramos y aceptamos, todo refleja cómo utilizamos nuestra energía en
la creación de cada paso de nuestro viaje de vida. Pero nosotros hemos
expandido la definición y alcance de la responsabilidad para incluir
otro aspecto que hace el ser responsables una lucha y una carga hasta
el punto que estamos dispuestos a renunciar a nuestro poder, porque no
podemos afrontar la responsabilidad que creemos que va con él. El
aspecto que hemos añadido a la responsabilidad es la obligación, y es un
aspecto del paradigma del sanador mártir y una carga muy pesada en
verdad.
Cuando confundimos responsabilidad con
obligación, creemos que debemos no sólo ver y sentir la energía, sino
que también debemos transformarla. Y hasta cierto punto eso es cierto.
Estamos aquí para transformar energía, pero es nuestra energía la que
tenemos que transformar, no la de otros. Estamos aquí para empoderarnos a
nosotros mismos y ser un ejemplo de la luz de Dios. La creencia en la
obligación nos inspira a asumir literalmente los pecados del mundo y
convertirlos en bendiciones. Y luego también asumir las energías de
otros y bendecirlas también. Luego asumimos la opinión de todo el mundo
acerca de nosotros y tratamos de hacernos responsables de demostrarles
que están equivocados. Y en algún momento simplemente dejamos de
hacerlo porque es demasiado difícil y nos sentimos impotentes.
La responsabilidad tiene que ver con cómo interactuamos con la energía, y tenemos dos opciones, reaccionar o responder. Cuando reaccionamos a la energía
nos conectamos a su nivel y luego tratamos de transformarla desde esa
posición. Aquí es donde entra en juego la obligación, porque cuando
sentimos una energía con la que no nos sentimos cómodos, sentimos la
obligación de transformarla en algo con lo que podamos alinearnos,
incluso si no es apropiado, no nos sentimos cómodos con eso o no está
en integridad con nosotros. Así empezamos a disminuir nuestra propia
energía, poco a poco, hasta haber perdido la conexión con nuestro
propio poder. Así es como actuamos como sanadores mártires, renunciando
poco a poco a nuestro poder, de modo que podamos sentir que estamos
progresando en conectar con el mundo y sanarlo.
Cuando respondemos a la energía
nos quedamos en nuestro propio nivel de vibración energética mientras
decidimos si queremos hacer una conexión con otras energías o no. No
nos sentimos obligados a hacer nada y sabemos que cuando no actuamos
según nuestro deseo de transformar a otros, ellos tienen la opción de
unirse a nosotros a nuestro nivel y empoderarse a sí mismos. Los nuevos
portales energéticos que se están abriendo por todos lados pueden
hacernos sentir obligados a hacer enormes cambios en nosotros mismos y
en los demás. ¿Te estás sintiendo abrumado por lo que ves como tu
obligación de cambiar el mundo? ¿Hay algunos aspectos de tu sanador
mártir que están convirtiendo tu responsabilidad en una obligación?
Ésta es una oportunidad para hacer una pausa, encontrar tu centro
energético e irradiar brillante tu luz de modo que respondas, en vez de
reaccionar y asumas la responsabilidad de lo que puedes controlar, tu
camino de sanación, tu conexión, tu poder y tu propio viaje de
ascensión.
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Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo