"Haz un alto, cualquier cosa que estés
haciendo, déjala por un instante.
Esta es una llamada a la vida plena, para
que podamos reencontrarnos
con esa esencia que nos une...
Un único y sagrado deber tienes, y es la
suprema reverencia. Entonces me verás vestido de árbol, montaña o amanecer y Mi
Voz será audible a tu corazón.
Hay una sola manera de vivenciar la
reverencia y es la felicidad interminable, por eso te he diseñado para que ella
sea tu condición natural.
Ahora sólo falta, en ejercicio de tu
libertad, de esa cotidiana recreación a la que estás invitado, disfrutar el
sagrado regalo que te ofrezco en forma de vida; es una preciosa oportunidad
para crecer, pues en ese acrecentamiento transparente, volverás un día a unirte
a mí...
La mejor manera de retornar a la fuente es
muy simple: sólo se trata de jugar. Jugar sin pretender ganar ni temer la
derrota, es como avanzamos por el sendero sagrado. La caminata se convertirá en
danza. Cuando tu instante se llene de música y tu peregrinación sea una
danza... el camino de la luz habrás encontrado y otra vez seremos uno.
Nos enviaron al mundo a jugar, y ¡fíjate
cómo estamos!. ¡Cuánto tiempo deambulando sobre la Tierra, y aún cómo estamos!
¡Si sólo vinimos a jugar, si sólo estábamos
jugando, si sólo se trataba de jugar...!
¿Y si volviéramos a jugar?
¿Y si volviéramos a abrazar los árboles y
descalzos caminar con reverencia?
¿Y si retornáramos a la ternura y así la
inocencia fuera nuestro contexto?
¿Y si volviéramos a hablar con los árboles,
con lo animales y a danzar con
las estrellas?
¿Y si realizando un esfuerzo evocativo
volviéramos a oír la voz de Dios?
¿Y si no nos aguantáramos nuestras ganas de
reír, de llorar, de cantar y
danzar, de celebrar y disfrutar, de vivir
intensamente?
¿Si le susurráramos a la vida: “- te amo y
prometo serte fiel -”?!
¿Y si volviéramos a jugar, sin olvidar que
lo único serio es el humor?
Hermano, presiento en tu mirada esas
incontenibles ganas de apuntarte otra vez a la vida plena. Que queden atrás
problemas y preocupaciones, convertidos en sagrados desafíos o valiosas
enseñanzas.
Que queden atrás los temores y el
autoengaño, la opinión de los demás y la irreverencia; para dar paso al humor,
para encarnar el amor, para aprender
ininterrumpidamente y reencontrarnos, como flores del mismo jardín, como
árboles del mismo bosque, ¡como niños del Universo volando de retorno a
casa!"
Cuando tú encuentres el camino, otros
te encontrarán a tí.
Al pasar por el camino,
Serán atraídos hasta tu puerta
Y el camino que no puede oirse,
resonará en tu voz
Y el camino que no puede verse,
Se reflejará en tus ojos.
Chamalu-Indio Quechua