Son muchos, muchísimos,
los seres humanos conscientes de su condición de “buscadores” (los que no son
conscientes, también son “buscadores”, pero sin percatarse de tal hecho).
Pedid y se os dará,
buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien
busca halla y al que llama se le abre.
(Evangelio de Lucas, 11,
9-10)
En mi propia búsqueda he
podido constatar, directa e íntimamente, lo certero y veraz de esa frase
evangélica. E, igualmente, he tenido ocasión de comprobar que en la búsqueda,
si realmente queremos que se transforme en encuentro, hay que romper
radicalmente con cargas, culpas, miedos y autolimitaciones mentales y atreverse
a arriesgar y a dejarse fluir.
Elizabeth Gilbert en su
novela autobiográfica “Come, reza, ama” llega a una conclusión final, la convicción de que existe algo llamado
“Física de la Búsqueda”. ¿Qué es esto?.
La Física de la Búsqueda
es una fuerza de la Naturaleza regida por leyes tan reales como la Ley de la
Gravedad y con unas reglas propias.
La regla de la Física de
la Búsqueda viene a decir algo así:
1º Si tienes el valor de
dejar atrás todo lo que te protege y te consuele, lo cual puede ser desde tu
casa hasta viejos rencores, y
2º embarcarte en un viaje
en búsqueda de la verdad, ya sea interior o exterior,
3º si estás dispuesto a
que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine y a que el que encuentres por
el camino te enseñe algo
4º y si estás preparado,
sobre todo, a afrontar y a perdonar algunas de las realidades muy duras de ti
mismo,
5º entonces la verdad no
te será negada.
Elizabeth Gilbert (Come,
reza, ama)
Extracto del Libro “Amor,
Vida y Consciencia”- Emilio Carrillo