Y vi la gloria y le dediqué una prosa, o un
verso.
He nacido, es cierto; pero no fue
casualidad, lo he planeado. Descendí paciente de las profundidades del cenit infinito
y me apeé a la luz en la calma sobria de mi entendimiento y de mi alma.
Soy, somos y seremos instrumentos de los
ecos resonantes y calmos de los rayos del sol,el altísimo; quien da el
movimiento a la vida eterna. La flor se engendra, nace, da su máximo provecho
en su ecuación altruista y se marchita y… ¿muere? (razonamiento de la mente
material respecto al ciclo de la vida);
pues lo cierto es que devuelve limpia su energía
a la fuente del Todo y sus átomos informes también regresan al Sol Central para
repolarizarse y seguir aprendiendo, tal es la ley de la vida; y los profetas la
conocen.
Llega la hora en que esa flor fue todo,
como su naturaleza; fue silencio, fue
espacio, no tiempo, águila, hombre, conciencia y luego,
y sólo luego, abandona la “causa y elefecto” y se convierte en causa y sigue
aprendiendo en el espacio infinito; poseyendo la sabiduría.
Ediciòn *Sendero de Luz* El Portal del Alma