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martes, 15 de mayo de 2012

LA GRAN VERDAD COSMICA






El Corazón Central del universo al cual la humanidad decidió llamar DIOS, luego designado por muchos canales de pensamiento espiritual como EL GRAN SOL CENTRAL, es literal, práctica y absolutamente LA FUENTE de cada alma individual destinada a alcanzar la Maestría de la energía, que forma el latido de su corazón y la esencia de su vida.
La Gran Omnipresencia Universal, siendo la PRIMERA CAUSA, crea; Como esa Gran Omnipresencia Universal es VIDA, todo lo que de allí emana, es también VIDA, está viviente, por lo tanto, es una entidad. Sus creaciones son Ideas. Hasta el hombre es una idea exteriorizada viviente. Todas las Ideas son entidades con Vida, Inteligencia, Amor, y sentimiento. El Plan Divino consiste en que cada individuo tenga libertad para manifestar el potencial divino y desarrollar cada germen de idea hacia su futura grandeza, según el temperamento peculiar de ese individuo.

Describir el Corazón de esa Gran Omnipresencia Universal, es una empresa que no puede fielmente ser expresada en palabras, pero dentro de ese gran Corazón Cósmico, existe un Lugar que ha sido llamado por muchos nombres. En años recientes, ha llegado a conocerse como el GRAN, GRAN SILENCIO, pero no importa el nombre que se le de, es un lugar de quietud, de donde ha surgido este Universo y cada ser, grande o pequeño por igual. Es el HOGAR, en su sentido más cierto y profundo. Es la serenidad, la seguridad y la comprensión. Es el Amor sin censura, y la Paz que no tiene precio. Es luz como el sol más exquisito que pueda concebirse y no obstante es sereno como el atardecer. Es silencioso como el Sol en el cielo, y sin embargo está lleno de sonidos en perfecta armonía. En el corazón de esta exquisita quietud, se encuentran todos los Seres que han dominado al ser exterior; y también se ve el Plan Divino para cada criatura.
Para que un individuo entre en ese lugar del silencio con el deseo de ser un mentor silencioso de su propio mundo, debe pensar que este Gran Silencio es el Reino de los Cielos, la más elevada expresión de la belleza, la cultura, el amor y la luz que la mente y corazón sean capaces de concebir. Ahora, cada pensamiento, cada sentimiento y cada acción suya se sumará a la belleza de ese reino o destruirá su armonía, y sus palabras deben ser escogidas cuidadosamente para que merezca entrar en él.

El estudiante que desea cumplir su Divino Destino ha preguntado a la Vida, mental y emocionalmente cuál es su propósito y su meta. A él se le revela el Sendero Superior y se le dan ciertos ejercicios para que se controle y supere de modo que el camino que concientemente se desprenda de su cuerpo, se le manifieste como EL SENDERO. Cuando un individuo así teje, de su propia energía ese sendero de luz sobre el cual pasará camino a la maestría, ya no necesitará seguir vías tortuosas, sino un camino recto y progresivo de Luz y Vida, que finalmente lo lleva a la meta de LIBERTAD, MAESTRÍA Y PERFECCIÓN.
Si el estudiante es sincero, honesto y está decidido a ser una ayuda en el progreso de la humanidad, el Maestro, en cooperación con su Ser Crístico (Yo Superior), pondrá en movimiento ciertas Causas por las cuales puedan ser sublimados los puntos débiles del individuo para el mayor trabajo al cual se enfrentará. Estas causas y sus efectos resultantes, a veces proyectan al estudiante a una serie de experiencias turbulentas, pero no obstante fortalecen la fibra de su naturaleza.
El Camino a la Maestría, es el camino a la renunciación de todas las cosas y personas que sean un obstáculo para lograr esa meta. El estudiante, en paz y suavemente, con firmeza de propósito debe entrar en el Sendero -cree que entra solo- pero no es así. Jamás se está solo. No se puede estar solo. Siempre se está acompañado por el Yo Superior que es el Ser Divino en cada uno. Es una entidad gloriosa y amorosísima en quien se debe pensar mucho.

Extracto de “Introducciòn a la Gran Verdad Còsmica” Gran Hermandad Blanca