Cuando conocí al maestro
zen Ejo Takata, me mostró una inscripción en la pared: “Felicidad”.
Yo no sabía que me
indicaba la esencia del zen con un solo gesto. En lo más profundo, el secreto
de la vida, es la felicidad. Y la felicidad es un estado que es rechazado por
toda clase de tensiones.
Cada noche, dejo entrar a
la felicidad en cada una de mis células, de mis huesos, mi carne, mi alma,
acojo la sensación de felicidad.
Para acceder a esa
felicidad, hay que entrar en la condición de la no-esperanza. Cuando se pierde
la esperanza, nos libramos del miedo y, cuando nos libramos del miedo, llegamos
a la felicidad.
Esto es lo que yo hago
cada noche: me acuesto en estado de regocijo en la cama, me convierto en un ser
cuya materia es felicidad, ya nada puede pasarme.
Alejandro Jodorowsky