En su extraordinario libro “Tus Zonas
Sagradas” (que les
recomiendo vivamente!) Wayne Dyer, sostiene (comparto
totalmente)
que al contrario de lo que todos creemos
Amor y odio no son emociones opuestas ya
que pueden darse,
en ocasiones, de manera simultànea.
Dyer dice: “Hay cosas que
amamos. Hay cosas que odiamos.
¿Por qué fingir que no es así?
Hay momentos en que amamos lo que odiamos y
momentos
en que odiamos lo que amamos.” y esto es muy real...
Asì, el Doctor Dyer sostiene que lo
contario del Amor...es el Miedo,
porque es la emociòn que el Ego utiliza para mantener el Amor
fuera
de nuestras vidas. Cuando uno tiene miedo...no tiene Amor...
Aquì les dejo unos extractos del capìtulo “Del miedo al Amor”
Cuando el amor no está presente en su vida,
usted ha sucumbido ante el ego y permitido que el miedo entre donde el amor
reside. Ha permitido que el ego reemplace a Dios.
El amor, como dijo Dostoyevski, es lo más
importante de la vida. Constituye la esencia del universo. Es el vínculo que
mantiene juntas todas las cosas. Es la sustancia de tu yo superior. «Dios es
amor» es una tautología, la frase tiene exactamente el mismo significado cuando
se la lee hacia delante o hacia atrás.
El ego intenta mantenerle desconectado de
su amorosa esencia divina, porque el interés del ego se ha concentrado en el
mundo exterior. El ego tiene miedo de morir si usted comienza a desarrollar una
relación con la parte interna de sí mismo. Ser capaz de amar a su ego, basado
en el miedo, incluso mientras fomenta el miedo —como técnica de supervivencia—,
podría constituir uno de los más difíciles retos de su búsqueda espiritual.
Provocar miedo es una táctica del ego, ya
sea de su propio ego como del ego del mundo. El ego del mundo es un reflejo del
poder del ego individual y de la cantidad de miedo existente. El miedo está presente
cuando no sabemos que formamos parte del designio divino de Dios.
El ego hace que transmitamos la energía del
miedo en lugar de la energía del amor. Y esta energía del amor está presente en
todos nosotros durante nuestra breve estancia en el aquí y ahora.
Aprender a gozar de amor auténtico
significa abandonar la insis-tencia del ego de que tiene mucho que temer y de
que nos encontramos en un mundo hostil.
La madre Teresa de Calcuta dice que el amor
es el tema central de nuestra existencia. Ella escribió: «Con este propósito
hemos sido creados: para amar y ser amados». Estas útiles palabras le recuerdan
que comience a dominar su ego, pues usted está aquí con el propósito de amar y ser
amado.
Si no está viviendo en amor, ello se debe a
que tiene miedo. Necesita examinar con honradez sus miedos, y con amor. Cuando
lo haga, transformará sus miedos, mediante el amor, en amor. Abrirá dentro de
usted un espacio que sólo puede ser ocupado por el amor. En este espacio tiene
un propósito, recorrer el camino del yo espiritual. Pero primero tiene que ver
cómo sustituir el miedo por amor.
Su ego fomenta de manera constante el miedo
porque teme al auténtico amor. Este falso yo ayuda a convencerle de que, de
alguna forma, usted está incompleto. Ésa es la fuente de todos los miedos. Así
que usted, como mucha gente, intenta llenar ese vacío con las soluciones del
ego.
Temeroso de que su vacío, su ser
incompleto, quede al descubierto, dedica una gran cantidad de tiempo a crear
una falsa imagen de felicidad. Pero si se detuviera y llevara a cabo una
valoración realista, podría percibir que el sentimiento de ser incompleto es la
llamada que le hace una parte de usted mismo que ha repudiado.
¿Qué puede no gustarle de la inteligencia
universal que fluye a través de usted? Darle la bienvenida al ser espiritual
que usted es, tener una experiencia humana y sentir el amor que hay en ella...
¿qué puede no gustarle de eso?
El miedo a dejar al descubierto su vacío
hace que busque de forma constante relaciones que el ego le dice que satisfarán
el anhelo que hay en su interior. Lo que sucede es que cuando se entra en una
relación se está hambriento del amor que supone el yo superior. Su anhelo se encuentra
enmascarado, finge ser otra cosa. No es de extrañar que tanta gente piense
repetidamente que ha encontrado el amor, y repetidamente declare haberlo
perdido.
Qué diferente es cuando se puede detectar
el vacío interior y pensar: «¿Qué puede no gustarme? Este anhelo forma parte
del ser humano y del conocimiento del amor». Entonces le hará saber al ego que
el miedo no es lo que prefiere. Imagínese cómo podría ser nuestro mundo si la
gente supiera que ya está completo.
¿Qué necesitaría comprar? ¿Qué tendría que
poseer? ¿A quién debería impresionar? ¿A quién necesitaría llevar del brazo?
Las respuestas le darán una idea de cuan a merced estamos del miedo de que
somos incompletos, inaceptables, y lo inconscientes que somos de nuestra conexión
divina.
El miedo que sustituye al amor no es nada
más que un miedo a que nos rechacen. A la práctica totalidad de los miedos
puede seguírseles la pista hasta la propia estima. Si se ama a sí mismo, será
capaz de transformar sus miedos mediante el amor, y no permitirá que dirijan su
vida.
Si tiene una sensación interna de estar
completo, de conocer la esencia divina, el miedo se convierte en una amorosa
invitación a saber más o a cambiar algo en su vida. El miedo ya no le amenazará
como hacía cuando no conocía su yo superior.
Cuando se conoce íntimamente el yo
superior, uno tiene a su disposición una profunda sensación de amor, y el
miedo, tal y como se conocía, se convierte en un imposible. Con esto en mente,
la respuesta a la pregunta retórica «así pues, ¿qué debe no gustarme?», es que
no hay en absoluto nada que no deba gustarle. No hay nada que temer cuando uno
sabe que es una criatura divina y está completo, y que no tiene que hacer nada
para demostrarlo.
No tiene por qué ingresar en un monasterio
y vivir en silencio para llegar a esta respuesta. Sólo tiene que hacer el voto
de reemplazar el miedo por amor. Cuando sea capaz de hacer esto, estará
escuchando a su yo espiritual.
Extractos de "Tus Zonas Sagradas" Wayne W. Dyer