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martes, 9 de octubre de 2012

ELEMENTALES

El hombre sólo cree lo que ve en una actitud netamente mental, por eso siempre ha negado la posibilidad de otro tipo de vida . Existen otras corrientes de vida paralelas al humano aunque no se vean, con las que hemos perdido contacto.


Los Elementales hacen parte de este mundo “no visible” a los ojos de quienes no han roto aùn el velo que permite el contacto con estos mundos sutiles.
Un buen punto de partida para re-conectarnos con estos seres importantìsimos para la evoluciòn del Planeta serìa preguntarnos como es que  las páginas de los viejos libros, las tabletas de arcilla, los papiros y los pergaminos, están llenos de referencias a los Espíritus de la Naturaleza y en cambio los elementos culturales de nuestra forma de civilización materialista carezcan de esas referencias.





“Para un conjunto humano que llega a negar alma a los vegetales y animales que vemos, tocamos y devoramos; para quienes la fidelidad amorosa de un animal doméstico, o la presencia y compañía vivificadora de un árbol o un rosal no dice nada más allá de formas y colores que atribuye a la casualidad o a más o menos inventadas leyes genéticas mientras los despoja sistemáticamente de todo atributo metafísico, es difícil explicar la existencia y presencia de los Espíritus de la Naturaleza.”

ELEMENTALES



“Son Formas de Vida dentro de los Elementos. Obviamente es muy difícil explicar las características básicas que habrían de definirlos, pues al no estar sus cuerpos en el plano estrictamente físico en que se desarrolla nuestro entorno visual y auditivo, o mejor expresado, al no estar sus cuerpos en la posición en que nos es fácil ver las cosas; aunque puedan estar de alguna manera en lo físico, se nos aparecen como inexistentes fantasías de los hombres primitivos o de los niños desocupados.”

“Estas formas de vida tienen sus cuerpos en el Plano Pránico y no por debajo de éste. Pero como los Planos no están cortados como por navaja, sino que hay una gradación casi infinita entre ellos, y las circunstancias de la Naturaleza no son siempre las mismas (con variaciones que conocemos como el día y la noche, las épocas del año, la altura, la profundidad, la mayor o menor carga de electricidad estática, las diferentes presiones atmosféricas y las diversas temperaturas, los componentes pasajeros del aire como son las concentraciones de Agua, de Ozono, etc., sumado el todo terrestre a las influencias de los astros, especialmente del Sol y de la Luna), en ciertas ocasiones los Elementales caen en una mayor materialización que los hace sencillamente visibles. Pero aun en tan favorables condiciones no son observados normalmente.”


Los Elementales son más viejos aún que el Hombre mismo sobre la Tierra. Ellos -habitantes, guardianes y consubstanciados con los Elementos- existen como formas manifestadas desde que el Mundo existe.

Cada cosa en el Universo tiene su Espíritu Guardián. El Planeta también lo tenía y a él obedecían las jerarquías de los Espíritus de la Naturaleza cuando empezaron los días y las noches. Aún lo tiene y lo tendrá hasta su desaparición.
Este conocimiento es milenario y no sabemos cuándo empezó.
La gama de Elementales es inmensa, desde los Regentes de los 
Planetas y aun de las estrellas, hasta los que mantienen con su vida la de los átomos.
La cantidad de variedades de los llamados Espíritus de la Naturaleza o Elementales es tan grande como la que podríamos registrar en el reino animal.
Es imposible encasillarlos en uno solo de los elementos.
Son los que rigen los momentos del nacimiento y de la muerte de 
todos los seres manifestados y también de las cosas, el traspaso de 
las almas por los distintos umbrales, los que se mueven en un 
espacio-tiempo que no es el que conocemos ni en el que vivimos.


Son los que vigilan la marcha del Reloj de la Historia desde fuera de esa
maquinaria de causas y efectos encadenados de manera lógica. Los que cuidan de los Anales en donde se puede leer el pasado y el futuro.
Son ángeles y demonios. También, los dragones cuyo aliento calienta la Tierra.
Las almas de los cristales geológicos que reinan sobre la estratificación de los minerales y que han condensado la luz de estrellas desaparecidas a nuestra vista. Los genios de las joyas. Otros, aprisionados en formas mentales de los dioses, a través de los eones, esperan el momento de conducir las delicadas operaciones del nacimiento y de la muerte de las galaxias: son los que habitan 
los cometas, ya sea los que fecundan determinadas zonas del espacio para que nazcan nuevos mundos, o los que quedan como último resto de otros astros pasados y derivan hacia los cementerios de estrellas.
Asimismo, los más simples cometas que enlazan, como electrones 
de valencia, un sistema solar con otro.

Y más cercanos a nosotros, son los que moran en las entrañas de los volcanes y
de las nubes. Los que, manejando invisibles pinceles, pintan los amaneceres y los
atardeceres. Los que despiertan la vegetación en primavera y la adormecen cuando se
acerca el invierno. Los que rigen la suerte en los cruces de caminos, en grutas
encantadas y en montañas mágicas.
Son los genios que dan y quitan dones. Los que tocan la frente de los elegidos y
los que hacen resbalar los pies de los que cayeron en desgracia.


Asì, Gnomos y Hadas (elementales de la Tierra), Sirenas, Nereidas 
y Ondinas (elementales del agua), Elfos y Silfos (elementales del aire) y Salamandras (elementales del Fuego) hacen parte de 
nuestro Mundo aunque muchos no puedan verlos, trabajando incansablemente para la tierra y la humanidad,
protegiendo, restaurando, colaborando, inspirando…quizàs 
es tiempo que abramos el corazòn con amor y sin temor hacia 
esta dimensiòn donde moran estos seres que cuando aùn no 
tenìamos nuestro ser tan contaminado podìamos percibir 
normalmente. Volvamos a ser niños y con la frescura e inocencia 
de entonces podremos, una vez màs, ser parte del Universo Todo, 
sin lìmites…
Aprendamos a respetar los Elementales, trabajar con ellos, pedir 
su ayuda y seamos sobretodo infinitamente agradecidos por su Servicio.




Texto en violeta extraìdo del Libro “Los Espìritus Elementales de la Naturaleza” Jorge Angel Livraga