BIENVENIDOS!!! GRACIAS POR ESTAR AQUI

Aquì encontraràs Mensajes de Luz que te ayudaràn a alinearte con la Nueva Conciencia Planetaria en Amor, Paz y Armonìa para Co-crear juntos una Nueva Humanidad

jueves, 11 de octubre de 2012

MIRAR HACIA ADENTRO




Que debemos hacer para recordar las Leyes que Dios ha establecido?
Esas leyes Universales Perfectas que nos permiten llevar a cabo Su Plan Divino?
Que nos permiten realizarnos plenamente como Almas a travès de la experiencia fìsica?
Para llegar a ser “la encarnación de todo lo que realmente es.”?



Empieza por quedarte en silencio. Silencia el mundo exterior, de modo que puedas ver el mundo interior. Esta visión interior es lo que buscas, pero no podrás acceder a ella mientras estés tan profundamente preocupado por tu realidad externa. Trata, pues, de mirar hacia dentro lo máximo que puedas. Cuando no miras hacia adentro, es que miras hacia fuera en la medida en que te ocupas del mundo exterior. Recuerda este axioma:
Si no miras hacia dentro, es que miras hacia fuera.
Ponlo en primera persona cuando te lo repitas a ti mismo, para hacerlo más personal:

“Si no miro hacia adentro es que miro hacia fuera.”

Has estado mirando hacia fuera durante toda tu vida. Pero no tienes, ni tuviste nunca, por qué hacerlo.
No hay nada que no puedas ser, nada que no puedas hacer. No hay nada que no puedas tener.

Eso suena como prometer la luna.

¿Y qué otra clase de promesa podría hacer Dios? ¿Me creerías si te prometiera menos?
Durante miles de años, la gente se ha mostrado incrédula ante las promesas de Dios por la más extraordinaria de las razones: eran demasiado buenas para ser verdad. Así habéis elegido una promesa menor, un amor menor; ya que la más alta promesa de Dios proviene del más alto amor.
Sin embargo, no podéis concebir un amor perfecto, y, en consecuencia, una promesa perfecta resulta asimismo inconcebible. Como una persona perfecta. Así, no podéis creer ni siquiera en Vosotros mismos.
No creer en alguna de estas cosas significa no creer en Dios; ya que la creencia en Dios genera la creencia en el mayor don de Dios - el amor incondicional - y en la mayor promesa de Dios - un potencial ilimitado -.

Extracto de “Conversaciones con Dios”- Neale Donald Walsch