Que debemos hacer para
recordar las Leyes que Dios ha establecido?
Esas leyes Universales Perfectas
que nos permiten llevar a cabo Su Plan Divino?
Que nos permiten realizarnos
plenamente como Almas a travès de la experiencia fìsica?
Para llegar a ser “la
encarnación de todo lo que realmente es.”?
Empieza por quedarte en
silencio. Silencia el mundo exterior, de modo que puedas ver el mundo interior.
Esta visión interior es lo que buscas, pero no podrás acceder a ella mientras
estés tan profundamente preocupado por tu realidad externa. Trata, pues, de
mirar hacia dentro lo máximo que puedas. Cuando no miras hacia adentro, es que
miras hacia fuera en la medida en que te ocupas del mundo exterior. Recuerda
este axioma:
Si no miras hacia dentro,
es que miras hacia fuera.
Ponlo en primera persona
cuando te lo repitas a ti mismo, para hacerlo más personal:
“Si no miro hacia adentro
es que miro hacia fuera.”
Has estado mirando hacia
fuera durante toda tu vida. Pero no tienes, ni tuviste nunca, por qué hacerlo.
No hay nada que no puedas
ser, nada que no puedas hacer. No hay nada que no puedas tener.
Eso suena como prometer
la luna.
¿Y qué otra clase de
promesa podría hacer Dios? ¿Me creerías si te prometiera menos?
Durante miles de años, la
gente se ha mostrado incrédula ante las promesas de Dios por la más extraordinaria
de las razones: eran demasiado buenas para ser verdad. Así habéis elegido una
promesa menor, un amor menor; ya que la más alta promesa de Dios proviene del
más alto amor.
Sin embargo, no podéis
concebir un amor perfecto, y, en consecuencia, una promesa perfecta resulta
asimismo inconcebible. Como una persona perfecta. Así, no podéis creer ni
siquiera en Vosotros mismos.
No creer en alguna de
estas cosas significa no creer en Dios; ya que la creencia en Dios genera la
creencia en el mayor don de Dios - el amor incondicional - y en la mayor
promesa de Dios - un potencial ilimitado -.
Extracto de “Conversaciones
con Dios”- Neale Donald Walsch