Si los cuerpos
simplemente se unen, no hay sexo, sólo placer. El sexo va mucho más allá del
placer.
En él caminan juntos la
relajación y la tensión, el dolor y la alegría, la timidez y el coraje de ir
más allá de los límites.
¿Cómo poner en sintonía
tantos estados opuestos? Sólo hay una manera: a través de la entrega.
Porque el acto de la
entrega significa: "Yo confío en ti."
No basta imaginar todo lo
que podría suceder si nos permitiésemos unir sólo nuestros cuerpos. También
debemos unir nuestras almas.
Sumerjámonos juntos, por
tanto, en el peligroso camino de la entrega. Aunque sea peligroso, se trata del
único que debemos recorrer.
Y aunque eso provoque
grandes transformaciones en nuestro mundo, no tenemos nada que perder, porque
ganamos el amor total, abrimos la puerta que une el cuerpo al espíritu.(…)
Cuerpo y alma se
encuentran, y la Energía Divina se esparce. No sólo en aquellas zonas que
muchos consideran eróticas. Cada pelo, cada trozo de piel emanan una luz de un
color diferente, lo que provoca que dos ríos se transformen en uno solo más
poderoso y más bello(…)
Todo lo que es espiritual
se manifiesta de forma visible, todo lo que es visible se transforma en energía
espiritual.
Todo está permitido, si
todo se acepta.
El Amor, a veces, se
cansa de hablar sólo un lenguaje suave. Pues dejemos que se manifieste en todo
su esplendor, que arda como el sol y destruya bosques con su viento.
Si un miembro de la
pareja se entrega totalmente, el otro hará lo mismo, ya que la vergüenza se
acabará transformando en curiosidad. Y la curiosidad nos lleva a explorar todo
aquello que no conocíamos en nosotros mismos.
Procurad ver el sexo como
una ofrenda. Un ritual de transformación. Como en todo ritual, el éxtasis está
presente y glorifica el final, pero no es el único objetivo. Lo más importante
es recorrer con nuestro compañero la carretera que nos ha llevado a un
territorio desconocido, donde encontramos oro, incienso y mirra (…)
Y los verdaderos amantes
podrán entrar en el jardín de la belleza sin temor a que nadie los juzgue. Ya
no serán dos cuerpos y dos almas que se encuentran, sino una única fuente de la
que brota la verdadera agua de la vida(…)
Y el tiempo dejará de
existir. Porque, en la tierra del placer que nace en el verdadero Amor, todo es
infinito.
Extractos de “El
Manuscrito encontrado en Accra” Paulo Coelho