1. Explore su cuerpo como desee: visión
interior, intuición, sentido de las sensaciones.
Busque la zona de su cuerpo que más le
preocupe; si lo desea, su guía puede ayudarle.
Si no encuentra la zona problemática, puede
centrarse en algo que esté sucediendo en su vida ahora mismo y que le resulte preocupante. Halle
esa área en su cuerpo o en su vida.
2. Si lo desea, déle forma, color,
sustancia, contornos y densidad. ¿Está afilada o embotada? Si se trata de un dolor determinado, ¿se prolonga mucho?
¿Es ligero o agudo? ¿Aparece y desaparece?
¿Es una situación nueva o antigua en su
vida? ¿Cómo se siente al enfrentarse a ella y cuál ha sido su respuesta crónica o habitual ante el dolor?
Considere cualquier situación determinada a la que nos estamos refiriendo.
Ejemplo: si tiene un dolor corporal, ¿qué
pasa por su mente cuando lo percibe?
¿Su mente lo lee y le aplica terribles
etiquetas? Dadas las circunstancias de su vida, ¿siente ira o miedo? ¿Le causa temor lo que sucede con su
cuerpo? ¿Qué respuesta le da? ¿Cuál es la respuesta habitual que no le ha llevado (en cierto
sentido) a ninguna parte? Usted sabe que la respuesta habitual no da resultado porque el dolor sigue
estando ahí. Especialmente si el dolor es crónico, la respuesta acostumbrada no ha surtido efecto. El
mensaje (la lección, si quiere) no ha llegado a su destino. Por tanto, me atrevo a decir, querido lector,
que cualquiera que sea la respuesta es totalmente errónea, ya que no sirve para solucionar la situación.
Examine su vida y su cuerpo: lo ha
organizado como si fuera un aula donde se puede aprender, y cualquier enfermedad, cualquier dolor o
molestia es un mensaje, un mensaje que le enseña una lección.
3. En consecuencia, las siguientes
preguntas que le hago son: ¿por qué se crea ese dolor corporal?
¿Por qué se crea semejante situación en su
vida? ¿Qué lección puede extraer de ello? ¿Qué es lo que la situación o el dolor le dicen una y otra
vez hasta que lo entienda? ¿O hasta que lo capte? Porque hasta que aprenda la lección seguirá
creando esta situación, ya que usted es su mejor maestro y ha concebido bien sus lecciones; y no pasará a
la siguiente hasta que haya aprendido ésta.
Si ha encontrado ese lugar de su cuerpo, le
recomiendo que ponga sobre él una mano o las dos. Deje que su conciencia superior empiece a
fundirse en ese punto de su organismo. Y mientras lo hace, descubra, si no lo ha hecho ya, la
naturaleza de su miedo. Cuando haya detectado la esencia de la naturaleza de ese miedo, le recomiendo que
la sienta con amor. ¿Qué clase de amor es la más apropiada para este miedo? Hágalo así en
cada área de su vida y de su cuerpo. Cualquier enfermedad que padezca y cualquier experiencia
negativa de su vida son un resultado directo del hecho de que no se ha amado plenamente a sí mismo, de que
no ha seguido plenamente lo que deseaba hacer. ¿Cómo es que no ha escuchado esa voz interior?
¿Por qué no se ha permitido ser plenamente quien es? Toda enfermedad es un mensaje directo que te
dice que no ha amado a quien es, que no se ha mimado para ser quien es. Ésta es la base de toda
curación.
4. Otra pista: la lección no trata en
ningún caso acerca de algo que ha hecho mal o de algo que haya de malo en usted.
5. Por tanto, una vez que haya hallado la
respuesta, lo más probable es que inmediatamente encuentre dolor y miedo cuando se haya bloqueado a sí
mismo impidiéndose hacer lo que realmente deseaba.
Llegado a este punto, le aconsejo que se
enfrente al miedo y se permita sentirlo y que trabaje con él en su vida. Porque cuando hay miedo es porque
ha habido una falta de amor, ya que ambos son opuestos.
En consecuencia, siempre que haya miedo
puede tener la seguridad de que no está en posesión de la verdad y que lo más probable es que ese
temor no sea verdadero, sino ilusorio. Ello se debe a que usted no está centrado, pues si siente
miedo es porque no está dentro de la plenitud de su ser. Cuando tenga el valor de acceder a ese miedo,
empezará su proceso de curación en un nuevo nivel.
Tarea para antes de acostarse:
1. Haga una lista de sus temores. ¿Qué le
causa miedo?
Quizá ello se centrará en su cuerpo. Tal
vez se centre en su situación vital. Quizá se trate de temores generalizados.
2. Conecte ese miedo con las circunstancias
de su vida. El temor está siempre directamente relacionado con algo que no está haciendo, pero que
desea hacer. Le bloquea impidiéndole acceder a su grandeza y es, además, la puerta hacia ella.
Extracto del Libro "Manos que curan" Barbara
Ann Brennan
Ediciòn *Sendero de luz el Portal del Alma*