Te hablo. Serénate, reconoce que Soy Dios.
Te hablé cuando naciste. Serénate, Soy
Dios.
Te hablé en tu primera mirada. Serénate y
reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primera palabra. Serénate y
reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primer pensamiento. Serénate
y reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primer amor. Serénate y
reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primer cántico. Serénate y
reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del pasto de las
praderas. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de los árboles de los
bosques. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de los valles y de las
colinas. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de la montaña sagrada.
Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de la lluvia y de la
nieve. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de las olas del mar.
Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del rocío de la mañana.
Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de la paz del atardecer.
Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del fulgor del sol.
Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de las estrellas
brillantes. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de las nubes y de las
tormentas. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del trueno y del
relámpago. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del arco iris misterioso.
Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablaré cuando estés solo. Serénate y
reconoce, Soy Dios.
Te hablaré a través de la sabiduría de los
Antiguos. Serénate y reconoce Soy Dios.
Te hablaré cuando hayas visto a mis
Angeles. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablaré por toda la Eternidad. Serénate
y reconoce, Soy Dios.
Te hablo. Serénate y reconoce, soy Dios.
Extracto del Libro Esenio de Moisès- Donde
Dios habla al hombre