Hoy, con infinita gratitud cuidarè
amorosamente
de mi cuerpo, èl me permite realizar y
manifestar
mi Espìritu Divino. Lo nutro con alimentos
adecuados
y dejo que el Amor de Dios fluya libremente a
travès
suyo regenerando cada una de mis cèlulas. La Presencia
Sanadora de Dios es Fuente de Salud y Fortaleza.
Gracias Padre porque asì es.
LUZ Y BENDICIONES!!!